En la olla Römertopf quedan estupendos estos guisos. Yo la suelo utilizar bastante cuando hace frío pues debe introducirse en el horno a unos 200º y en verano no apetece tanto calor en la cocina. Os recuerdo unos consejos para su buena conservación: no usarla para carne y pescado. Se mezclarían los sabores que coge el barro y no nos quedarían bien nuestros platos. Antes de utilizarla hay que poner la tapa a remojo unos 10 o 15 minutos. Por último lavarla con agua caliente, un detergente suave y una esponja o balleta. Con estos cuidados sencillos os durará toda la vida.
Para 4 personas
1/2 kg. de costillas de ternera
2 patatas grandes, aproximadamente 400 gramos
1 zanahoria
1 cebolla pequeña
1 diente de ajo
Aceite de oliva virgen extra
Caldo de carne o agua con una pastilla de caldo concentrado
Sal
4 alcachofas naturales
Mientras remojamos la tapa de la olla, precalentamos el horno a 200º y ponemos en una sartén amplia un poco de aceite. Cuando esté caliente echamos las costillas que habremos partido en trozos no muy grandes. Mientras se hace, picamos la cebolla y el ajo y lo colocamos con la carne, bajando un poco el fuego para que se haga despacio. Limpiamos la zanahoria y la cortamos en rodajas añadiéndola a la sartén. Pelamos y cortamos las patatas en trozos, triscando, para que pierdan el almidón.
Cuando la cebolla esté transparente rehogamos un poco con la fritura las patatas y ponemos todo en la olla, salamos y cubrimos con el caldo. Justo al ras porque no pierde nada de líquido; sino quedaría aguado el guiso. Tapamos y metemos en el horno. Limpiamos las alcachofas y las colocamos en una cazuela con agua, sal y un chorrito de aceite. A fuego fuerte estarán hechas en unos 20 minutos. Las sacamos del agua y las partimos en dos o 4 trozos, según su tamaño.
Destapamos la olla, colocamos las alcachofas con los demás ingredientes y dejamos que se haga todo junto otros 10 minutos. Estos últimos 10 minutos sin la tapa. Ya tenemos el plato listo para servir.
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