El otro día comentaba con Ruqui del Blog "Cocina sana y fácil" que donde compro pimientos de Cantabria me recomendaron no asarlos en el horno. Me aseguraron que quedaban más sabrosos si se confitan lentamente en una sartén con un poco de aceite. Seguí los consejos de Bea, hice la prueba ese día pero sin pensar en poner el experimento en el blog porque no sabía el resultado. He repetido y los he cocinado igual pero añadiendo unos ajos. Me quedo con el sabor de los pimientos hechos con ajos. Aquí os dejo la receta.
INGREDIENTES:
2 pimientos rojos. No son de los carnosos, son tipo italiano
1 pizca de sal
1 pizca de azúcar
4 dientes de ajo
Aceite de oliva virgen extra
PREPARACIÓN:
Ponemos en una sartén aceite hasta cubrir su fondo. Colocamos encima los pimientos lavados y bien secos y el ajo cortado en trozos. Encendemos el fuego. En una vitrocerámica del 1 al 9 los he cocinado en el 4 al principio y cuando cogieron calor lo he bajado al 3. A la hora les damos la vuelta y ponemos un poco de sal y azúcar por encima. No debemos tener prisa, les iremos cambiando de postura según se vayan haciendo. Se irán arrugando y desprendiendo la piel de su carne.
Cuando veamos que están bien hechos los retiramos del fuego y tapamos con un paño de algodón. Una vez templados los pelamos y retiramos las semillas.
Cortamos en tiras y vamos colocando en un frasco de cristal. Regaremos con el aceite y ajos que queden en la sartén. Son un manjar. Los podemos poner como acompañamiento de una lata de ventrecha de bonito, de anchoas o, simplemente, solos. Se conservan en el frigorífico 3 días. Yo no los dejaría más tiempo.