1 kg. de albaricoques maduros
1 limón
1 vaso de agua
2 cucharadas soperas de edulcorante
Lavamos bien los albaricoques y los partimos en trozos (unos 8 trozos por albaricoque) y los vamos colocando en una cazuela. No hace falta pelarlos. Sólo retiramos el hueso. Ponemos la cazuela a calentar a fuego lento y añadimos el zumo de un limón, revolvemos y cuando empiece a hervir añadimos el vaso de agua. Dejamos que se haga despacio, revolviendo de vez en cuando.
Los albaricoques se van quedando blandos y hechos. No hace falta triturarlos. Cuando los veamos bien hechos añadimos el edulcorante y mezclamos todo bien. Dejamos que se haga todo junto unos quince minutos. Retiramos del fuego y dejamos que se temple.
Luego pondremos la mermelada en botes llenándolos hasta el borde. Tapamos con papel de plata y luego con la tapa del bote, cerrando bien. Podemos quitar el papel que sobra a la altura de la tapa.
Una vez abierto el bote conservaremos lo que quede en la nevera.