La piña siempre me ha parecido navideña, así que he preparado este plato que con muy pocos ingredientes y bajo precio, se convierte en un plato de fiesta. Como era la primera vez que lo hacía utilicé un trozo pequeño pero al no encoger la carne, han salido dos hermosas raciones.
INGREDIENTES:Para 2 personas
400 gramos de lomo de cerdo fresco
300 gramos de piña natural
(175 en rodajas y 125 en taquitos)
Aceite de oliva virgen extra
Sal (opcional)
Pimienta negra molida
Salsa de soja
Empezamos limpiando bien media piña. Hacemos 6 rodajas no muy gruesas y dejamos enteras. Otras dos rodajas las cortamos en trozos.
Sujetamos la carne con un cordel de cocina, salpimentamos y frotamos con un buen chorro de aceite. Precalentamos el horno a 200º. Ponemos en una fuente el lomo y lo metemos al horno. Dejamos que se haga media hora. Le damos de vez en cuando la vuelta para que tome color uniformemente.
Cuando esté dorado lo sacamos del horno. En la misma fuente colocamos la piña y ponemos el lomo encima. Lo volvemos a meter al horno y dejamos que se haga 20 minutos. No he necesitado más jugo que el que suelta la piña, pero como cada horno es un mundo si veis que se queda seco añadís un poco de agua.
Colocamos las rodajas de piña enteras y el lomo en un plato y dejamos que temple antes de quitar el cordel.
Los trozos de piña los ponemos con su salsa en un vaso alto y trituramos con la batidora. Al triturar la salsa cambia el color y queda más pálida. Para que cogiese un color oscuro le añadí una cucharada sopera de salsa de soja. Con la salsa de soja no suele ser necesario poner más sal por eso lo he dejado como opcional.
Ponemos la salsa en una fuente de horno. Encima las lonchas de piña que hemos reservado. Partimos la carne en rodajas y la colocamos sobre la piña. Metemos en el horno para que caliente. El tiempo justo de que coja calor. No necesitamos que se haga más. Cuando esté bien caliente colocamos, en una fuente o en platos individuales, los filetes de lomo acompañados de rodajas de piña y echamos salsa por encima. Es un plato que se puede preparar con antelación. Está más rico de un día para otro.