13 diciembre 2011

Sernik de familia

La Sernik es la típica tarta de queso polaca. Como ya sabéis, Ricardo anda ahora por aquellos mundos y se pasa el día comiendo Sernik. Muchas veces le he preguntado, ¿pero qué tiene? Y me dice: queso. Y así llevamos casi 4 meses. Hasta que hace poco, al poner una foto de "su tarta" en facebook, un amigo suyo, Pepe, que es nacido en Rusia pero vive en Valencia desde niño, al ver que Ricardo no sabía decirme los ingredientes de la Sernik, tuvo el gran detalle de preguntarle a su madre. Y me ha mandado esta receta que es rusa, pero que no creo que tenga mucha diferencia ni con la Sernik polaca, ni con nuestra tarta de requesón de toda la vida.
Y, como dice Ruqui, a mí me tira la tierruca, pero también me tira España. Y creo que no tenemos que envidiar la gastronomía de ningún otro país, solo debemos aprender a utilizar algún producto que no es habitual. Que no sea habitual no significa que no lo tengamos en nuestro país. Seguro que lo tenemos pero no lo usamos. Ya decía Fernando Sánchez Dragó, en uno de sus libros: "Y si habla mal de España...es español". Y no es que hablemos mal, es que nos parece mejor lo de otros lugares, no sabemos presumir de lo que tenemos. Bueno, yo soy de las que se pasan presumiendo, ya lo sé, jeje. 
Por eso, le voy a demostrar a Ricardo, con ayuda de la receta de Pepe, que la tarta de queso de Polonia, es como la de Rusia y como la que podemos comer en España, con un buen requesón o queso de Burgos (y de eso tenemos, ¿verdad?).  Así que vamos a hacer una receta de familia, que siempre son las mejores.
INGREDIENTES:
Para la tarta:
500 gramos de requesón
3 huevos
1 yogur de limón
1 cucharada de Maizena
6 cucharadas de azúcar
Mantequilla para untar el molde
Para el coulis de mandarina:
2 mandarinas
1 cucharada de azúcar (si sois muy golosos, 2)
zumo de 1/4 de limón
24 uvas pasas

PREPARACIÓN:
Ponemos las uvas pasas a remojar en un bol con agua templada. Ponemos a precalentar el horno a 160º. En el vaso de la batidora colocamos todos los ingredientes del bizcocho, no importa el orden. Y batimos bien. Mientras, engrasamos un molde para horno con un poco de mantequilla. Ponemos la mezcla que hemos batido, en el molde y lo metemos en el horno. Tardará en hacerse una hora, aproximadamente. Lo mejor es pinchar con una brocheta o palillo y cuando salga seco, ya estará hecha la tarta. Dejamos en el horno apagado, con la puerta sin cerrar del todo, para que se temple. Irá bajando el volumen.
Mientras se hace la tarta iremos preparando el coulis: Lavamos bien las mandarinas. Pelamos, quitando toda la parte blanca que podamos y vamos colocando en una cazuela. Si os gustan los cítricos podéis poner la piel también. Sino, solo los gajos. Añadimos el zumo de un cuarto de limón y una cucharada de azúcar. Dejamos que se haga a fuego lento, revolviendo de vez en cuando. Cuando esté como una mermelada, lo retiramos, batimos y pasamos por un chino, de forma que nos quede un puré fino. Volvemos a poner en la cazuela. Retiramos las pasas del agua, las secamos bien y las añadimos al coulis de mandarina. Dejamos que se haga junto, unos 10 minutos. Retiramos del fuego y reservamos.
Ya estará la tarta templada, servimos en platos individuales, acompañada con el coulis. También se puede dejar reposar toda la noche en la nevera y servir fría, con el coulis caliente. 
Aunque el molde ideal para esta tarta es uno desmontable y redondo, he utilizado este recipiente porque es una receta de familia, de la familia de Pepe, que perdió a su hermana hace unos años y su madre ha tenido la amabilidad y el gran detalle de buscar la receta que ella había dejado manuscrita y de compartirla. Muchas gracias Pepe y un abrazo para tu madre.
No hay mejor receta que "la receta de familia"