Para 4 personas
400 gramos de patatas
400 gramos de bacalao
1 pimiento verde (de los grandes)
1 cebolla no muy grande
1 diente de ajo
Pimentón dulce
Aceite de oliva virgen extra
El día anterior ponemos a desalar el bacalao. Unas 24 horas y cambiamos el agua, al menos 4 veces. Para este plato se pueden usar migas de bacalao. Yo uso la parte que tiene más espina y una vez desalado lo desmigo para que no quede ninguna. Hay quien quita la piel pero los trozos que están limpios de espinas si los dejamos con la piel dejaran el caldo más esposo pues la piel tiene mucha gelatina.
En una cazuela de barro o de fondo ancho ponemos un poco de aceite a calentar y sofreímos a fuego lento la cebolla y el ajo picado en trozos pequeños. Lavamos y picamos el pimiento verde y lo añadimos al sofrito. Dejamos que se haga un rato, revolviendo y vigilando para que no se queme la cebolla. Lavamos y cascamos las patatas (cascar es partirlas como si tirasemos de los trozos) y las añadimos al refrito, removemos. Añadimos el bacalao y lo juntamos todo bien. Apartamos la cazuela del fuego para añadir una cucharadita de pimentón, mezclando todo bien. Volvemos a poner la cazuela al fuego cubriendo todo con agua caliente (yo uso el que sale del grifo de agua caliente). El agua que llegue como 2 cm. por encima de las patatas. Cuando empiece a hervir bajamos el fuego para que se hagan más despacio y en 15 o 20 minutos estará el plato hecho.
Este plato normalmente no necesita sal porque con la que tiene el bacalao es suficiente. Lo probaremos, por si acaso. Retiramos del fuego y dejamos reposar 5 minutos.